Voy a empezar este artículo con una constatación: Creo
que el público español en su mayoría es incapaz de digerir un texto, sea cómic
o cine, de carácter fantástico que este firmado por uno de los nuestros. Solo así
se explica que productos culturales foráneos de la misma calidad o peores que
los producidos aquí sean éxitos de ventas, solo se explica que para competir en
igualdad de oportunidades tengamos que crear productos de mayor calidad como es
el caso de Rec en cine o el caso que
nos ocupa hoy: La casa de los susurros
(Dolmen, 2012) de Muñoz, Tirso y Montes.
Si tengo que ser sincero esperaba encontrarme con un
relato de carácter fantástico manido y de consecuencias previsibles, y tras
leer las primeras páginas no pude evitar acordarme de la nefasta Nocturna, primera parte de la trilogía de
la oscuridad escrita por Guillermo del Toro y Chuck Hogan. En la que el intento
de llevar lo vampírico a los campos de concentración nazi y relacionarlo con el
tema del nazismo queda pobre e insulso a la vez que una tortura para el lector.
Pero La casa de los susurros es a
diferencia de la anterior una obra consecuente con lo que cuenta y en el
periodo en el que se sitúa, los nazis y el mundo real no son más que un reflejo
borroso del pasado que articula a ala perfección la relación entre monstruos y
seres humanos.
En La casa de los
susurros se nos narra la historia de Sarah una niña que se despierta en una
mansión fortificada llena de científicos que intentan controlar lo que se
oculta en el interior de la protagonista. Nos encontramos ante una historia en
la que la batalla entre las fuerzas de la luz y la oscuridad no esta tan clara
como en otras ocasiones y en la que Sarah tendrá que deambular entre aquellos
que quieren que los seres de la noche que aparecen en esta historia (hombres lobos,
vampiros, cambiantes) vivan su vida como tal y aquellos que quieren
controlarlos e incluso destruirlos. Un trayecto en el que Sarah comprenderá que
el único bando con el que debe posicionarse el suyo seguir su camino y sus
instintos. Se trata pues de una obra en el que el autodescubrimiento de las
aptitudes propias y sobre la importancia de la toma de decisiones en la vida.
Pero lo más importante es que es un relato de género
digno con autonomía propia, algo de lo que carecen gran parte de los relatos
fantásticos actuales que prefieren ahondar en la senda del homenaje y la
referencia por no decir de la copia. A favor de este cómic no solo juega un
excelente guion sino una narrativa visual cinematográfica que hace de la
historia un relato mucho más apetecible. Es en esa convergencia de la narrativa
gráfica y cinematográfica en la que La
casa de los susurros toma valor en la construcción de un imaginario que lo
hace propio a pesar de haberse escrito miles y miles de páginas sobre él,
generando expectativas de continuación y ampliación de dicho universo.
No me queda más que recomendar este trabajo tanto a los
seguidores de historias de criaturas de la noche como aquellos que optan por
otro tipo de relatos porque La casa de
los susurros es en definitiva una historia sobre el desarrollo personal y
el crecimiento del intelecto en un contexto fantástico, eso si, pero con unos
fuertes vínculos con la realidad. Y retomando la idea con la que iniciaba este artículo este es un buen ejemplo de como, por desgracia, esta historia no tendrá la repercusión que se merece (espero equivocarme) por el mero hecho de no ser un cómic norteamericano al uso con estereotipos refritos y expectativas que se cumplen por lo manido de sus narrativa. Pues eso, ya estáis tardando en ir a comprarlo.
@Mr_Miquelpg
@Mr_Miquelpg
Miguel:
ResponderEliminarOtro gran comentario salpicado de apreciaciones de interés, especialmente en el último párrafo.
Por cierto: me he quedado con ganas de leer tus apreciaciones sobre "Medusas y ballenas". El contraste de opiniones debe ser muy sugerente.