sábado, 17 de marzo de 2012

Spain is pain #22: Pequeñas alegrías.



Pequeño por fuera y grande por dentro. El formato de King Egg (Una china en mi zapato, 2012) de Miguel B. Núñez es en si mismo una declaración de intenciones sobre lo que nos vamos a encontrar en el interior de este precioso libro. La premisa planteada por el autor es muy sencilla, que pasaría si un hombre, o más bien un homúnculo, naciese del huevo de una gallina. Con ese punto de partida lo único que nos podemos esperar es que Núñez nos sorprenda en todas y cada una de las páginas que componen este obra a través de un trazo limpio y sencillo, un uso del color minimalista y la completa desaparición de la viñeta, lo cual ayuda a desarrollar narrativas de una página e integrando las aventuras de nuestro protagonista a la página física.

El universo creado para arropar las aventuras de King Egg es de carácter fantástico poblado por gigantes, ogros, yetis, fantasmas, etc., y en el que el  máximo anhelo de nuestro pequeño protagonista es encontrar el amor, pero no por ello deja de alimentar su espíritu con pequeñas y grandes aventuras y con las pequeñas satisfacciones de la vida. En ese devenir podemos encontrar un paralelo en la Odisea de Homero por lo de enriquecedor que tiene el viaje realizado por el protagonista y por las tentaciones que tiene que ir superando en cada una de las páginas que conforman esta gran historia. Pero los “monstruos” que aparecen en King Egg lejos de ser seres perversos forman parte de lo que podemos definir como “universo amable” creado por Miguel B. Nuñez.
En dicho universo las criaturas fantásticas están completamente arraigadas a los espacios que habitan, en ningún momento surgen de la nada o son convertidos en mera anécdota, todo lo contrario. Se trata de un cronotopo deudor, de manera consciente o inconsciente, de narrativas niponas del estilo yokai en la que los seres sobrenaturales y fantásticos forman parte del ecosistema emocional y vital de los personajes protagonistas.

Recomiendo de todo corazón King Egg de Miguel B. Núñez, por la capacidad que tiene de conmover y de emocionar con tan pocos trazos y sin diálogos, por la forma en que tiene de narrar una historia que en principio parece sencilla pero que realmente no lo es, por la intensidad de la historia y por la necesidad que tiene el lector de acaparar cada uno de los trazos que componen la historia. Creo firmemente que estamos ante uno de los que está destinado a ser el mejor cómic nacional de 2012, desde luego yo no me voy a cansar de recomendarlo, vosotros leerlo.

                                                                                                                                          @Mr_Miquelpg

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