jueves, 5 de abril de 2012

El sótano del primo Barto: La feliz caza del monstruo

Volvemos a recuperar nuestro especial sobre hombres lobo, lupinos o licántropos, como prefiráis. En esta ocasión vamos a tratar sobre una obra centrada en la tradición más folclórica del mito, concretamente en el imaginario japonés. Para ello dedicaremos algo de tiempo al manga El día del lobo, obra del autor Yôji Fukuyama. Además de recuperar una tradición sobre hombres capacitados para transformarse en híbridos animales, y a partir de la misma construir una historia de terror, Fukuyama es capaz de crear cierta atmósfera humorística que sorprendentemente se aúna de forma muy orgánica con el horror.

La historia de El día del lobo empieza como muchas otras obras de terror, con una pequeña muchacha perdida en el bosque. En el comienzo del manga nos encontramos con Kanoko, una joven adolescente que disfruta de un agradable baño de luz de luna en mitad de un claro de un frondoso bosque. La comunión entre Kanoko y la Luna llena se ve interrumpida con la llegada de Taihei, un adulto que busca a la niña. Estas primeras páginas realizadas por Fukuyama tiene un halo de misterio y erotismo inocente muy ligado al mito del hombre lobo, que muchas veces se ha presentado como metáfora del despertar sexual o de la pulsión física interna. La escena entre la joven extasiada por la Luna y el adulto incapaz de notar su maduración termina cuando ella echa a correr sin motivo. Taihei corre tras Kanoko hasta encontrarla desmayada en el suelo, con su cuerpo totalmente cubierto de vello.

Taihei lleva a Kanoko a su casa, donde les esperan su hermana Natsuko, la prometida de Taihei, y la criada de las niñas. Para sorpresa de Taihei, a quien no permiten llevar a la niña al hospital, le confiesan que Kanoko es una mujer mapache, animal al que la mitología japonesa da el poder de cambiar su apariencia, achacándolo todo a una supuesta enfermedad infantil. Taihei no se cree tal explicación y termina durmiendo en el garaje. Sin embargo, a la mañana siguiente es Natsuko quien ha desaparecido, presumiblemente después de convertirse en lobo, noticia que coincide con la aparición del cadáver de un hombre en la zona. A partir de ese momento, Taihei y Kanoko emprenderán una auténtica odisea para encontrar a Natsuko antes que la policía y una extraña pareja de asesinos.

El día del lobo se desarrolla como una mezcla extraña entre terror y humor. Por un lado la carga de horror es notable, se suceden las muertes mientras los dos protagonistas buscan precisamente al monstruo, en una carrera contra reloj en la que ponen en juego sus vidas una y otra vez. Pero por el otro lado, el humor está muy presente con situaciones que rallan el absurdo. Este hecho es precisamente uno de los mayores aciertos de Fukuyama, ya que aunque es normal encontrar obras de terror con toques de humor negro, no es tan sencillo encontrar una mezcla entre horror y comedia de situación y equívoco, siendo aún más extraño encontrar una obra en la que la hibridación de géneros funcione de forma tan natural como en el presente manga.

Quizás lo único que se le pueda achacar a El día del lobo sea un final algo abrupto no lo suficientemente bien planteado a lo largo de la obra. Pero esto es algo que no desmerece mucho la lectura del manga de Yôji Fukuyama, quien es capaz de crear una más que entretenida historia sobre dos familiares en ciernes desesperados por encontrar a un ser querido que se ha convertido en un híbrido monstruoso entre mujer y lobo.


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