Volvemos a recuperar nuestro especial
sobre hombres lobo, lupinos o licántropos, como prefiráis. En esta
ocasión vamos a tratar sobre una obra centrada en la tradición más
folclórica del mito, concretamente en el imaginario japonés. Para
ello dedicaremos algo de tiempo al manga El día del lobo,
obra del autor Yôji Fukuyama. Además de recuperar una tradición
sobre hombres capacitados para transformarse en híbridos animales, y
a partir de la misma construir una historia de terror, Fukuyama es
capaz de crear cierta atmósfera humorística que sorprendentemente
se aúna de forma muy orgánica con el horror.
La
historia de El día del lobo
empieza como muchas otras obras de terror, con una pequeña muchacha
perdida en el bosque. En el comienzo del manga nos encontramos con
Kanoko, una joven adolescente que disfruta de un agradable baño de
luz de luna en mitad de un claro de un frondoso bosque. La comunión
entre Kanoko y la Luna llena se ve interrumpida con la llegada de
Taihei, un adulto que busca a la niña. Estas primeras páginas
realizadas por Fukuyama tiene un halo de misterio y erotismo inocente
muy ligado al mito del hombre lobo, que muchas veces se ha presentado
como metáfora del despertar sexual o de la pulsión física interna.
La escena entre la joven extasiada por la Luna y el adulto incapaz de
notar su maduración termina cuando ella echa a correr sin motivo.
Taihei corre tras Kanoko hasta encontrarla desmayada en el suelo, con
su cuerpo totalmente cubierto de vello.
Taihei
lleva a Kanoko a su casa, donde les esperan su hermana Natsuko, la
prometida de Taihei, y la criada de las niñas. Para sorpresa de
Taihei, a quien no permiten llevar a la niña al hospital, le
confiesan que Kanoko es una mujer mapache, animal al que la mitología
japonesa da el poder de cambiar su apariencia, achacándolo todo a
una supuesta enfermedad infantil. Taihei no se cree tal explicación
y termina durmiendo en el garaje. Sin embargo, a la mañana siguiente
es Natsuko quien ha desaparecido, presumiblemente después de
convertirse en lobo, noticia que coincide con la aparición del
cadáver de un hombre en la zona. A partir de ese momento, Taihei y
Kanoko emprenderán una auténtica odisea para encontrar a Natsuko
antes que la policía y una extraña pareja de asesinos.
El día del lobo
se desarrolla como una mezcla extraña entre terror y humor. Por un
lado la carga de horror es notable, se suceden las muertes mientras
los dos protagonistas buscan precisamente al monstruo, en una carrera
contra reloj en la que ponen en juego sus vidas una y otra vez. Pero
por el otro lado, el humor está muy presente con situaciones que
rallan el absurdo. Este hecho es precisamente uno de los mayores
aciertos de Fukuyama, ya que aunque es normal encontrar obras de
terror con toques de humor negro, no es tan sencillo encontrar una
mezcla entre horror y comedia de situación y equívoco, siendo aún
más extraño encontrar una obra en la que la hibridación de géneros
funcione de forma tan natural como en el presente manga.
Quizás
lo único que se le pueda achacar a El día del lobo
sea un final algo abrupto no lo suficientemente bien planteado a lo
largo de la obra. Pero esto es algo que no desmerece mucho la lectura
del manga de Yôji Fukuyama, quien es capaz de crear una más que
entretenida historia sobre dos familiares en ciernes desesperados por
encontrar a un ser querido que se ha convertido en un híbrido
monstruoso entre mujer y lobo.
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