sábado, 21 de abril de 2012

Spain is Pain #27: Reality Bites.



Se supone que la modernidad, la evolución de una sociedad como civilización, se construye a través de la superación de los constructos sociales en los cuales habitamos. Si bien en los discursos de carácter capitalista cimentan el concepto de evolución erradicando el pasado a golpe de billete sin otra escusa que el crecimiento económico. Nuestra sociedad, la occidental y de paso todas aquellas que de una manera u otra adoptan estas formas de crecimiento optan, por lo general,  por evolucionar a través de la destrucción de lo natural. Dando preferencia a un pensamiento de supervivencia, elaborado por el cerebro reptiliano, dejando de lado todo pensamiento lógico.

Esto es, en mi más modesta opinión, lo que transluce de Noctis Irae. Episodio I: La Bulla (Quilomba, 2012) de Israel Ramos, Joaquín Díaz y José María Maesa al guion y Cristian Pineda al dibujo. Para los que todavía no hayan leído la primera entrega, de lo que espero que sea una larga saga, nos pone en la situación de un ataque zombi durante la semana santa sevillana. A diferencia del resto de historias, al menos las más célebres como La noche de los muertos vivientes de Romero o The Walking Dead de Kirkman, esta si que nos descubre desde un principio el motivo de la infección, que se encuentra en el pasado y el origen de la ciudad.

De manera que podemos considerar que esta historia se desarrolla dentro de las narrativas de renovación que rezuman las historias de zombis desde que Romero decidiese que estos pasasen de amenaza individual a grupal. En este caso la renovación viene dada por la destrucción de la tradición: y no hay mas tradición estructurada, jerarquizada y ritual que la semana santa sevillana. Evento que construye y distribuye las relaciones sociales de la ciudad y jerarquiza el calendario de la misma.

Se trata pues de un relato que exalta los lugares comunes de la microsociedad sevillana. Dotando a la obra de un carácter localista que da la oportunidad al lector sevillano a hacer una lectura mucho más rica de la que pueda hacer un lector foráneo debido a la importancia que adquieren los espacios más tradicionales de la liturgia.

Por otro lado este cómic tiene una vertiente crítica que toma forma a través del dibujo feista de Cristian Pineda, con un estilo más vinculado al comic independiente que al de género, que dota de un estatismo que aumenta la atmosfera pesadillesca y enfermiza tanto a las procesiones como a la amenaza zombi. Aunque quizás el mayor acierto sea situar la acción en fechas próximas a la aparición del cómic y a la semana santa de este año.

Así pues, podemos considerar Noctis Irae como un relato sobre la modernización y la canibalización del pasado para construir el futuro que puede tener unas derivas más que interesantes, al que solo puedo poner una pega: es muy corto. No da tiempo a desarrollar los personajes tratándose de tan solo una presentación que deja con ganas de más. Aunque tengo una duda, si la ciudad sigue plagada de zombis: ¿habrá una feria de abril en la que no dejen entrar a los humanos en las casetas? O ¿en el Rocio solo los zombis de Almonte podrán llevar a la Blanca Paloma?

                                                                                                                                          @Mr_Miquelpg

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