“2007-2012. Tocados por Jesús” reza el lomo del último
número de Adobo a modo de epitafio, y
es que como en cualquier despedida de un ser querido, solo nos acordamos de las
cosas buenas. En esta última entrega de este fanzine con estatuto de revista
han conseguido editar un número antológico que marcara época no solo por el
volumen del mismo, el equivalente a 4 ejemplares del fanzine regular, sino por
la calidad de las historietas como los autores contenidos en sus páginas.
Esta despedida a lo grande, que no es un hasta luego, esta
compuesta como un réquiem en dos actos en los que los autores echan el resto, un
prologo y dos interludios: uno dedicado al intercambio de personajes entre los
autores del fanzine y otro titulado: “apología del odio hacia el cómic español”.
En conjunto el número es sencillamente apabullante, aunque en particular brilla
la sentida crítica al mundo del cómic y por extensión hacia ellos mismos. Pero también
cabe destacar los autores que componen el prólogo que participan a modo de Jorge
Parras, Joan Cornellá, José Tomás, Miguel Noguera o Paco Sordo entre otros que
constatan algo que Adobo lleva
afirmando durante los últimos 5 años: que son lo que El jueves, revista que se autoconstituido como guardiana del humor,
ha deseado ser en este lustro; y de ahí la aparición por sorpresa (LOL) de un
suplemento titulado “el gas de la risa” dentro de la longeva innovación.
Adobo se
inscribe dentro de esta corriente de autores que, a pesar de pertenecer a este
ámbito, critican abiertamente el establishment nacional lo cual se manifiesta
en el interludio de “odio al cómic español” el cual forma un díptico totalmente
involuntario con Genio y Figura del
valenciano José Tomás. Una de las mejores obras publicadas este año, y que en
definitiva son una sátira de los slice of
life autobiográficos que tanta repercusión tienen dentro de la industria.
Lo mejor de todo es la forma en la que Adobo se despide, con un último número
inmenso en el que los habituales se han volcado y se han vaciado. Lo dejan
cuando están arriba habiéndose convertido en una de los títulos de cabecera del
cómic nacional, avaladas por las numerosas nominaciones del Ficomic, pero lo
hacen con la sensación de lo que estos autores nos pueden ofrecer en el futuro.
Solo me queda recomendar que os hagáis con este último
número de Adobo, no solo porque se
trata de un título imprescindible sino porque con el tiempo será un monumento a
una forma de entender el cómic apartado de una industria cultural que se apoya
en exceso en la estrella y poco de la nueva cantera.
@Mr_Miquelpg
@Mr_Miquelpg
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