sábado, 6 de abril de 2013

Spain is Pain #97: Un oasis de sensatez.


A pesar de que la situación de la “industria” española del cómic no está pasando por sus mejores momentos, en estos dos últimos años ha culminado un proceso que ha  nivel creativo podemos considerar como de reflorecimiento a nivel autoral y de propuestas que hace que estemos viviendo una edad dorada de la narrativa gráfica española.

Pero, ¿Qué pasa con la divulgación en España? En ese sentido podemos considerar dos grandes vertientes: la académica y la vernacular. La primera a pesar que en los últimos tres años ha habido iniciativas de todo tipo ya sea congresos, jornadas o la aparición de revistas que abordan el hecho del cómic desde una vertiente puramente académica, es básicamente tímida y con poca repercusión. Ya no por el hecho de que el comic sea el sujeto de investigación sino porque lo académico interesa a un público muy restringido. Por otro lado tenemos la divulgación de carácter vernacular, y no por ello menos seria, que es aquella elaborada por no académicos con intenciones de hacer lecturas serias sobre el cómic, aquí nos encontramos desde blogs hasta revistas especializadas. Evidentemente no son categorías estancas ya que nos podemos encontrar blogs de carácter académico y journal con textos vernaculares dentro de sus contenidos.

Sin embargo, que pasa con la divulgación pura y dura, con aquella que intenta informar de manera rigurosa bajo las formas del ensayo semi-académico abierto a todos aquellos que desean conocer el comic como disciplina. En esa dinámica entra Supercomic, mutaciones de la novela gráfica contemporánea (Errata Naturae, 2013) editado por Santiago García, uno de los pocos textos contemporáneos que se presenta no con la ambición de ser  un texto canónico sobre la historia del cómic sino como una compilación de textos que abordan desde diferentes aspectos la lectura e interpretación del cómic, y lo que es más importante: nos invita a la relectura de algunas obras.

En los tiempos que corren, en los que las tormentas perfectas parecen amenazar el panorama editorial nacional, es de agradecer la aparición de un volumen del que quizás sea el divulgador por excelencia del cómic en España y del cómic español. Este texto se aleja de la construcción de una historia única, en ese sentido nos encontramos con 11 microhistorias, no canónicas y mucho menos de carácter historiográfico, del cómic que van más allá del estudio endogámico del mismo. Estas van desde los estudios centrados en autores (Chris Ware, los hermanos Hernández o Miguel Ángel Martín), géneros (negro), superhéroes, manga, etc.

Brilla la concepción que aleja el estudio del cómic del mero análisis narratológico llevándolo al campo de los estudios culturales, terreno de investigación muy mal entendido en nuestro país; eso implica dejar de lado cierta tendencia de la crítica y la academia más cerrada de enfrentar este medio a otros y abordar el análisis de este a través de la confrontación y no de la convergencia algo de lo que hace gala este volumen.

Dicha transversalidad no se hace solo a la hora de abordar el estudio del comic y conjugarlo con otros medios sino entre los diferentes textos que conforman el universo cómic, eso que debería ser lo más común a la hora de abordar un texto mediatico, y más en los tiempos de convergencia que corren, sigue siendo una excepción cuando debería ser una norma. Supercomic se aleja del carácter enciclopédico que identifica muchas obras centradas en recoger todos los datos posibles en torno a una obra y autor y mostrarlo sin tapujos, y en la mayoría de ocasiones sin vergüenza, y digo sin vergüenza porque esas obras carecen de un aspecto básico para ser consideradas como de divulgación: la reflexión.

En Supercomic la reflexión es el elemento articulador de una obra que nos ayuda a pensar en el cómic como una creación humana más que nos ayuda articular nuestra relación mundo, no como un oasis de conocimiento aislado (aunque muchos, tanto dentro como fuera del mundillo, quieren que sea así), todo ello servido con una estructura deudora de la divulgación anglosajona en la que los capítulos escritos por diferentes autores funcionan a modo de dialogo sobre un tema en concreto.

Así pues: convergencia, reflexión y exposición; son algunos de los virtudes que nos encontramos en esta recomendabilisma obra que nos ayudará a entender el cómic como un arte global que convive, crece y se desarrolla en la contemporaneidad y no en la anacronia, y esta obra al igual que el objeto de estudio que analiza en sus páginas vive en el momento presente para ser una obra de referencia. Y si, es divulgación y es serio, pero es uno de los libros más entretenidos que he leído últimamente.

Nota: A parte de Santiago García y su estupenda introducción, en este volumen colaboran: Daniel Ausente, David M. Ball, Eddie Campbell, Fernando Castro Flórez, Jordi Costa, Alberto García Marcos, Emmanuel Guibert, Eloy Fernández Porta, Max, Ana Merino, Raúl Minchinela, Óscar Palmer, Mireia Pérez y Pepo Pérez. A lo que hay que sumarle la portada de David Sánchez.
                                                                                                                                          @Mr_Miquelpg

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