sábado, 13 de julio de 2013

Spain is Pain #124: Sobre la aventura clásica.


Existe cierta concepción que el género de aventuras, al igual que cualquier otro género, ha de ser una excusa para el escapismo puro y duro sin concesiones a otro tipo de temáticas, en ese sentido encontramos una brecha muy pronunciada entre aquellos que quieren textos de género solo para divertirse y aquellos que buscan textos que no rompan las convenciones de este tipo de obras pero que aborden otras temáticas de manera transversal.

En mi opinión los géneros deben tener capas y dobles articulaciones para hacer la historia más rica, para que la historia en si misma dentro de esos parámetros sea más rica y poder tener diferentes lecturas, y lo que creo que es más importante tener la capacidad de poder captar lectores de diferentes edades, y que cada uno sea capaz de extraer su propia lectura.
Con ese paradigma de transversalidad y cómic de aventuras nos encontramos con División Azul (Edicions de Ponent, 2013) de Fran Jaraba, un relato clásico de aventuras en un contexto histórico real a lo que hay que sumarle una lectura moral y el despertar a la realidad política del protagonista.

División Azul es un relato de aventuras canónico que se desarrolla en la 2ª Guerra Mundial en la que Santi, un comunista convencido, es reclutado para llevar al bando soviético unos planos robado a los nazis que contienen las especificaciones para construir la bomba atómica; para ello se infiltra en la División Azul española y se hace pasar por fascista. Así pues la historia se centra en el plan que el protagonista tiene que urdir para cruzar las líneas enemigas mientras intenta no ser descubierto por sus compañeros de pelotón.

Pero eso es la primera lucha a la que ese enfrenta Santi, la segunda es la interior que además tiene dos capas: por un lado el comunista que lleva dentro lucha por salir en ese entorno fascista que le hace actuar como si él fuera uno de ellos, y por el cual se maldice constantemente. Por otro lado está el comunista que descubre que el “paraíso” que él cree que es la Unión Soviética realmente no lo es, sino todo lo contrario. Es decir el relato utiliza una doble articulación de libro en la que el relato bélico nos sirve para descubrir que una cosa son las ideologías y otra muy distinta las personas.

Del libro destaca, a parte de la estructura clásica, la representación del contexto histórico precedido por dos prólogos históricos que acotan perfectamente el terreno de lo real para desarrollar una ficción creíble, a eso hay que sumarle la elección de los escenarios y la representación de la parafernalia militar. Sin embargo, esto último no convierte a esta historia en una narrativa de la realidad, tan solo se inspira y se ambienta en ella, tampoco en un biopic, sino que es solo un elemento utilitario bien utilizado y escrupulosamente documentado.


Creo que lo más reseñable de División Azul es el alejamiento del discurso de ideologías  centrándose en el de los valores humanos y en la evolución del personaje principal enfocándolo hacia una forma de ver el mundo que está por encima de las ideologías políticas. El que espere encontrarse un relato a favor o en contra de alguna ideología, entonces se ha equivocado de libro. Eso sí encontrara emoción, aventuras y, como no, romance.

                                                                                                                           @Mr_Miquelpg

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