La historia corta es sin
duda una de las formas más eficaces de contar una idea, ya que la historia se
ve limitada en su duración, lo que obliga a sus autores a ser lo más conciso
posible, dejando de lado cualquier divergencia lateral para centrarse en lo que
realmente importa, en el núcleo de la historia. Como es lógico, esto no quiere
decir que escribir historias cortas sea sencillo, pues hacer una historia corta
no se limita a hacerla simple, pues lo que debe hacer el creador no es podar
una historia mayor, sino concentrarla mediante un proceso de selección hasta
obtener lo que realmente quería comunicar. Quizás por esto nos encontramos con
muchas historias cortas, desde relatos a cortometrajes o cómics de ocho páginas
que no llevan a ninguna parte, muchas veces sin que sepamos de donde vienen. La
concreción es ardua, ya que siempre será más sencillo colocarse frente a una
multitud y hablar durante dos horas, que en cinco minutos convencerles de algo
concreto.
Por suerte, hay veces,
muchas, que las historias cortas llegan a nosotros como deben, bien resueltas,
apuntando a su objetivo y no errando el tiro. En el cómic no es extraño
encontrarnos una gran cantidad de historias cortas, ya que es un medio que se
presta mucho a la antología. Todo esto sin querer contar los comic book
americanos como una historia corta, aunque en caso de que eso se hiciera no
dejaría demasiado bien parado a muchos guionistas cuya obra no termina de
funcionar del todo hasta que se edita en un tomo. Aunque éste no es el caso de
obras como Materia Oscura, un tomo
recopilatorio que selecciona varias historias cortas del dibujante británico
David Lloyd, en concreto once, de las cuales en cinco se encarga de guión y
dibujo, mientras que en las otras seis se ve ayudado por guionistas de la talla
de Peter Milligan o Ramsey Campbell, ya sea para desarrollar todo el guión o
como autor de otra obra en la que se basa David Lloyd. Matería oscura intenta
realizar un espectro de toda la carrera del dibujante, pero como es lógico, se
detiene especialmente en la década de los ochenta, cuando alcanzó el punto
álgido, coincidiendo con la realización entre 1982 y 1988 del cómic V de Vendetta, guionizado por Alan
Moore. De modo que nos encontramos con dos historias realizadas a finales de
los setenta, representación de los comienzos de David Lloyd; seís de la segunda
mitad de los años ochenta, una de principios de los noventa, y dos de la
primera década del actual siglo.
A pesar de que las historias
contenidas en Materia Oscura abarcan
casi tres décadas, lo cierto es que el trabajo de David Lloyd se mantiene
bastante estable, con una calidad media envidiable, tanto en su dibujo más
clásico como en algunos experimentos que se permite con el dibujo, en los
cuales no llega en ningún momento a plantear ninguna solución radical pero si
juega lo suficiente para demostrar que es un dibujante con recursos. La
cuestión del guión es más diversa, pues los diversos colaboradores de David
Lloyd redactan historias de lo más diversas, aunque siempre manteniendo un buen
resultado. Por su parte, cuando David Lloyd se encarga de los guiones se centra
en un terror gótico muy clásico, heredero de la Hammer y los cómics de EC y
Warren, con lo que nos encontramos con vampiros y demonios, en tonos que van
desde el horror más imponente hasta el humor más blanco.
En resumen, Materia Oscura es una lectura más que
recomendable, una muestra del trabajo de uno de los mejores dibujantes de su época,
el cual se ve acompañado de unos muy buenos guionistas que nos regalan
historias de terror y ciencia-ficción con ese estilo que aún siendo clásico
nunca pasa de moda, llegando incluso a revalorizarse con los años.
@bartofg
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