Como ya comente hace unos meses por
motivo de la de Supercómic uno de los
grandes problemas de la divulgación de la cultura popular de masas actual es
que está basada en una acumulación de datos de manera irreflexiva y carente de
un interés real más allá de la de la cifra y la anecdota. Por suerte este año
parece que las cosas parecen a cambiar: el ya citado libro coordinado por
Santiago García, Batman desde la
periferia editado por Alpha Decay, iniciativas como CuCo (Cuadernos de Cómic) capitaneada por Gerardo Vilches y Octavio
Beares, y la siempre interesante Entrecomics
que acaba de dar un giro que refuerza su labor divulgativa. A estos títulos e
iniciativas hay que sumarle Radiografias
de una explosión. Doce aproximaciones concéntricas a Watchmen (Modernito
Books, 2013) uno de los títulos que va a marcar un antes y un después en la
divulgación de la historieta en nuestro país.
El modelo utilizado en este trabajo es
el anglosajón, una serie de autores aportan una visión personal basada en una
metodología determinada que nos ayudara a analizar y a entender la que
posiblemente sea la obra más laberíntica sobre el universo superheroico escrita
hasta el momento. Dicha complejidad es la que da pie a este título, que se
aleja de cualquier lectura simplista basada en las anécdotas y en la
acumulación de datos, ya que con una obra de este calibre se trata de algo
prácticamente imposible. Desde Modernito Books han apostado por la elaboración
de un volumen necesario, y más tras la simplificación de tramas, conceptos y
articulaciones que está viviendo el comic de superhéroes estadounidense basada
en el preview, los reboots y los cambios de uniforme. Corriente en la que se
vio arrastrada la adaptación cinematográfica de la obra de Alan Moore y Dave
Gibbons del siempre desafortunado, impersonal y torpe Zack Snyder. Cinta en la
que se centraba única y exclusivamente en una plana y previsible trama
detectivesca dejando de lado la riqueza textual del libro original.
Radiografias
de una explosión navega
en dos direcciones distintas que convergen por la comprensión de un texto complejo
donde los haya, por un lado están aquellos textos que realizan una aproximación
general a toda lo obra del guionista británico y por otro lado unos textos que
escarban en los significados ocultos dentro de la miniserie editada por DC.
El libro empieza, es un decir porque
tiene dos cubiertas y se puede comenzar por cualquiera de los dos polos discursivos,
con “El método Moore” de Jorge Carrión en el que el autor busca analizar de
manera breve pero intensa las pautas recurrentes en la obra de Moore y que este
utiliza para poder contextualizar cada uno de sus trabajos. Se centra en la
importancia que este guionista le da al situar la acción de sus creaciones en
un momento histórico concreto y por el planteamiento de puesta en abismo que existe
en su trabajo creado a través de la reescritura de textos ficticios, y de cómo
todo ello hace que el lector sea en cierta medida un hermeneuta. El ensayo
titulado “El lugar de Watchmen” escrito por Gerardo Vilches es un lúcido texto
sobre el lugar que ocupa este cómic hoy día
a través de la importancia que tiene Watchmen
al ser un texto nacido de las narrativas populares pero con unas miras que van más allá. Siendo también un trabajo que
es visto por muchos como un legitimador del medio por su aproximación a la
literatura y por su alejamiento a sus orígenes. En esta intersección Vilches
reflexiona sobre los medios y las fórmulas que tenemos de clasificar las obras
y situarlas en un grupo u en otro, y sobre la legitimización de los textos
populares. En este mismo bloque de textos nos encontramos con el capítulo de Manuel Barrero “Una
conspiración simple y burlona” en el que nos plantea Watchmen como un relato en el que se entrecruzan teorías
conspiracionistas que toman forma a partir de un uso elaborado de todo tipo de
simbología ligada a la religión, los francmasones y los illuminati; y como todo
ello influye en la construcción de los personajes. Se trata de un capitulo
fundamental para entender la construcción de uno de los niveles elementales de Watchmen y que inciden en la importancia
de la investigación en la labor creativa.
El siguiente capítulo escrito por
Antonio Sánchez “Ni siquiera un dios puede salvarnos. O la supervivencia de los
simulacros del fin del mundo” se nos plantea una lectura medio camino entre lo
filosófico y lo político. Por un lado esta lo que se oculta tras la máscara y
lo que ello supone a un nivel político para una sociedad democrática. Por otro
a nivel filosófico y de cómo Watchmen se
mueve a medio camino entre la realidad y el simulacro. Este capítulo sitúa la
obra de Moore en la de la lectura política de la sociedad democrática actual y
de cómo este título puede ser entendido tanto como crónica como obra de
ficción. En “Mis problemas con las watchwoman” de Elisa McCausland hace una
lectura de género en el que las protagonistas son la madre justiciera y la hija
cuya evolución final consiste en que recoger tanto el testigo de la madre como
el del padre, y la construcción de la identidad de estas dentro de un relato
circunscrito dentro de un capitalismo destructivo. En “Radiografías de la
fragilidad” José Manuel Trabado hace una aproximación a la importancia de los
textos que cierran cada uno de los capítulos de Watchmen y de cómo estos ayudan a construir un edificio sólido que
es el que hace que esta obra se aleje de la estereotipada estructura de género.
Por el otro lado del libro nos
encontramos otra serie de ensayos que empiezan por “Una charla filosófica.
Doctrina y totalidad en Promethea de
Alan Moore” de Javier Calvo un brillante capitulo que nos habla de cómo Promethea forma parte de la ficción
oculta vinculando ciertos aspectos de la obra de Moore con la de Lovecraft y
Crowley. En “De piratas y caníbales. Watchmen y la EC” de Javier Fernández
tiene como punto de partida los Relatos
de la fragata negra para establecer una relación entre la obra personal de
Moore, Watchmen y los populares relatos de la EC. Por otro lado Oscar García en
“Si lee un abrazo desesperado en el rostro de Rorschach antes de morir…” nos
introduce en el mundo de la teoría del caos y los fractales. En el
imprescindible “La mirada del Abismo. Lo imposible simbólico en Watchmen” de
J.J. Vargas utiliza el filtro del
psiquiatra francés de Jacques Lacan para hacer un análisis del sujeto de
algunos de los personajes que pueblan esta ucronía. Para finalizar este bloque el
capítulo de Erea Fernández Folgueras “Por
una geografía del hombre” en la cual hace una lectura sobre lo perceptible en
el consciente centrándose en la diferencia entre la máscara y la piel, y para
acabar de Fernando Ángel Moreno “Mariposa en Frasco de nostalgia” en el que el
autor analiza Watchmen desde una
perspectiva temporal, lo que implica la utilización del tiempo mítico, el
diacrónico y la utilización del tiempo por parte de los personajes.
Esto es un brevísimo resumen de lo que
podemos encontrar en este imprescindible libro que nos ayudará a apreciar Watchmen desde diferentes perspectivas que
no harán otra cosa que enriquecer la lectura de un texto que ya es rico de por
sí. De manera que, tanto si hace tiempo que no habéis leído la obra de Moore y
Gibbons, como si tenéis pensado leerla en breve, Radiografias de una explosión es imprescindible para releerla de
una manera más plena.
@Mr_Miquelpg
@Mr_Miquelpg
No hay comentarios:
Publicar un comentario