Reptilianos, Masones, Illuminati, Club
Bildeberg, complots varios y fin del mundo. La gran conjura está aquí y no
tenemos salida. Los conspiracionistas han encontrado un caldo de cultivo
provechoso en la actual crisis económica global de la que parece no hay salida.
El nuevo orden mundial anunciado por los divulgadores de la paranoia
norteamericanos, algunos de ellos vinculados con la extrema derecha estadounidense,
está apunto de eclosionar y nosotros estamos aquí víctima de todo lo que se
hizo y de todo lo que está por venir.
Por lo general, las narrativas
vinculadas a la conspiranoia buscan aumentar ese estado en la mente del lector
mezclando la fantasía con elementos reales y en algunos casos con paraciencia.
Suelen ser relatos destinados a un público muy concreto que busca legitimar y
reafirmar sus creencias en torno a estos temas. Pero en menos de un año nos han
aparecido un par de libros que destacan por todo lo contrario a lo que estamos
habituados en relación a este tipo de tramas: por un lado Azul y Pálido de Pablo Ríos, un brillante texto que opta por el
testimonio para narrar las historias de un grupo de abducidos, y el que hoy nos
ocupa Conspiraciones (Astiberri,
2013) de José Domingo.
Si ambos tienen en común aportar un
enfoque diferente lo conspiranoico, tiene poco en común a la hora de tratarlo. José
Domingo se decide por plasmarlo a través del prisma del humor, aunque eso
podría quedar en entredicho porque estamos ante un texto que funciona a dos
niveles: el humorístico y el divulgativo. Es tan válido y es capaz de
entretener a un entendido en conspiranoia como aquel que es un recién llegado
de ahí el valor y la funcionalidad de ese doble discurso. Sin embargo, una de
las grandes virtudes de este texto es la capacidad de suministrar grandes dosis
de información sin que al lector se le atragante ni que se le haga
incomprensible.
Aunque creo que lo que más me ha
llamado la atención es el juego metatextual que se propone con la complicidad
del lector que tiene lugar al principio del libro por el cual el autor se
despoja de toda responsabilidad y convierte su labor en la de un escriba de
escriptorium. Un ejercicio que recuerda al que hizo Umberto Eco en su El nombre de la rosa obra que,
casualmente también presagiaba el fin de una sociedad cargada de supersticiones
disfrazadas de religión. En esa “recuperación” de un texto ajeno, guiño que va
desapareciendo a medida que avanza la lectura, juega la utilización del bitono
que recuerda a revistas de antaño.
Otro de los aspectos que más me ha
entusiasmado es el salto que ha dado José Domingo; del alarde técnico y narrativo de Aventuras de un oficinista japonés un libro carente de textos, a un
comic en el que el texto es el elemento organizador tanto a nivel narrativo
como estético. Hasta el punto que el diseño de página viene condicionado por la
información que el profesor Domenikus nos quiere trasladar, un profesor que
apela a nosotros de manera continuada dialogando con el lector acentuando esa
doble vertiente discursiva. En la que nos encontramos por un lado un discurso
apocalíptico terrible suavizado por el humor y el desprecio con el que este
dudoso profesor trata al lector.
Así pues, Conspiraciones es un relato sobre lo conspiranoico a la vez que una
crónica de nuestros tiempos que indica que el colapso de nuestra civilización
no es algo ni casual ni que es algo contemporáneo, sino que está en la raíz
misma de la especie.
@Mr_Miquelpg
@Mr_Miquelpg
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