En uno de los primeros capítulos, si
no me equivoco en el que abre el libro, de Sabotaje
cultural de Kalle Lasn, creo recordar, la verdad es que hace mucho tiempo
que lei el libro en cuestión, que el autor hablaba de que ciertos problemas de
la sociedad actual estaban debidos a la tensión generada por la separación en
el hombre y la naturaleza. Y que en cierta forma el discurso de la civilización
humana nos habla de cómo un ecosistema se impone a otro, es decir el humano se
pone por encima del natural.
Muchas veces el discurso en torno a la
naturaleza suele ser ñoño, buenista, dejando de lado los aspectos más crueles
inherentes a la naturaleza; e incluso desarticulado, véase Avatar de James Cameron, frente a discursos mejor construidos como
el de la Princesa Mononoke de Hayao Miyazaki. Creo recordar que en los dos años
y medio que llevo haciendo reseñas/críticas de cómics españoles no he
encontrado ningún título que articulase mejor el discurso de lo humano con el
de la naturaleza y que ambos estuviesen conjugados de manera tal que ninguno se
borrase a otro y que se explicasen el uno al otro de manera completa e integra
como me ha sucedido al leer Dias, nieve…
(Edicions De Ponent, 2014) de Francisco Marchante.
En esta obra se recogen una serie de
microhistorias que aparecen agrupadas en 5 bloques en los que los desarrollos
narrativos están presididos por la presencia de la naturaleza no solo como un contexto
en el que se tiene lugar la historia sino como un elemento causal de las
emociones y situaciones en las que se ven envueltos los personajes humanos.
Cuando hablamos de naturaleza, también nos referimos a los animales que están
lejos de ser esos seres de cuento que hablan y que ayudan a los protagonistas humanos
a resolver sus problemas, es decir ni causales ni utilitarios en el aspecto de
dominación humana.
La base del dialogo entre los humanos
y la naturaleza es puramente orgánico un discurso en el que se dejan de lado
las vertientes buenistas, en pos de una base sobre la cual el autor utiliza
diferentes técnicas a través de las cuales se muestra la pequeñez de lo humano.
Las diferentes técnicas sirven para acentuar el texto escrito que hay bajo cada
una de las imágenes, aunque no todas vienen acompañadas de dicho texto,
predominando el tono poético a pesar de estar escrito en prosa. Días, Nieve… es un título que se aleja
de las formas convencionales del cómic no con ánimo de romper esquemas, pero si
en profundizar en una narrativa gráfica dentro de una estética mayoritariamente
pictórica; la estructura de microcuentos hace que la lectura de esta obra sea
pausada, sin la necesidad de leerla de corrido ni de manera cronológica, se
recomienda ojear, ver que nos llama la atención e ir investigando en cada una
de las narraciones.
@Mr_Miquelpg
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