sábado, 3 de mayo de 2014

Spain is Pain #174: Vidas cruzadas en la era de la precrisis mundial.


Hay obras que cuando uno las lee en su momento puede pensar que están demasiado ancladas a esa época, ya sea por los tics narrativos, por los temas, por la estética o por la forma en que esta están contadas, y no deja de preguntarse que pasará cuando volvamos a revisar dicho texto.

Pues bien, recientemente he tenido la inmensa suerte de releer Rosario y los inagotables (La Cúpula, 2014) de Laperla y Marcos Prior, concretamente 10 años y 2 meses después de que apareciese la última entrega de esta serie en El Víbora, concretamente entre desde el numero 242 al 290 (de marzo de 2000 a marzo de 2004). Una de las series españolas más interesantes del último periodo de esta revista de cómics, principalmente por la apertura que se planteaba en la estructura del tratamiento de la historia, y por la de recovecos y huecos dejados una entrega tras otra en la que cabía todo o casi de todo en una especie de cajón desastre narrativo, que daba pie a cualquier tipo de experimento genérico.

La obra de Laperla y Prior es básicamente la historia de un grupo de amigos cuyo núcleo central es Rosario una chica normal, guapa pero normal,  a partir de la cual se despliegan una serie de personajes que empiezan a partir de su hermano y su novia, Claudia, su hermana; y Chuck su novio, Moe y Joe, un par de amigos; y así sigue multiplicándose los actores en escena, a medida que aumentan las relaciones interpersonales, ya sean de carácter sentimental o laboral, realmente no importa, todos los personajes, principales o secundarios tendrán gran relevancia en el destino de los otros.

Cada una de las entregas tienen en común cierto tratamiento narrativo a la hora de contarnos cada historia: pequeños retazos narrativos con gran independencia narrativa, muchas veces se parte de una viñeta como una microhistoria que se despliega no solo a lo explicado en la página o al capítulo en cuestión, sino que se extiende al relato completo, creando un patchwork narrativo en el que todas las historias pasan de primer a segundo y tercer plano diluyendo la importancia de todas y cada una de las peripecias de los personajes pero a la vez dándoles relevancia.

Para conseguir eso los autores nos cogen de la mano y nos llevan, en primer lugar, a unos espacios reconocibles que facilitan el hacer resaltar unos personajes que pueden parecer estereotipados, pero que están lejos de serlos, y con todo ello perfectamente reconocibles. En segundo lugar, el no hacer asco a ningún tipo de temáticas principalmente las que podríamos considerar como más o menos románticas, a través de las cuales va surgiendo poco a poco uno de los temas sobre los cuales gira la obra ultima de Marcos Prior: las perversiones de la sociedad capitalista.

Ya desde temprano en esta obra aparece la crítica a lo maligno del sistema, la inestabilidad laboral y económica de los personajes, y la inercia con la que estos se mueven por los valores en los cuales han nacido pero que en realidad no tratan de cambiar. En ese sentido el capítulo más relevante es el titulado “24 razones por las que Joe y Moe les gusta utilizar la tarjeta Nerón”, pero para entenderlo hay que conocer a estos dos personajes: dos ácratas, en apariencia bonachones, campechanos, que representan lo peor de la sociedad, ya que en ningún momento han hecho un esfuerzo real por prosperar o mejorar su vida, y lo que es peor nunca han hecho nada por nadie, siempre han sido receptores de los favores del sus compañeros. Bajo ese aspecto de pasotas se esconden dos personajes que se ven beneficiados por las derivas de un sistema hasta el punto de hacer este falso anuncio de una tarjeta que da crédito a hacer todo tipo de barbaridades en nombre del capital.


Rosario y los inagotables es uno de los cómics de la década pasada que por motivos personales guardo mejor recuerdo, y realmente tenía mucho miedo de que hubiese envejecido mal, pero el resultado es todo lo contrario esta recopilación revaloriza el texto, el poder leerlo en su integridad pone en alza los valores narrativos y reivindicativos del mismo. Y como suele suceder en ocasiones la situación económica actual hace que lo leamos de manera mucho más atenta. En definitiva, una lectura absolutamente obligatoria, un must have del cómic español, no os arrepentiréis, os lo aseguro.
                                                                                                           @Mr_Miquelpg

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